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- Las religiones son como clubs, exclusivistas todas. Fomentan el concepto de los nuestros para que sepas a quién odiar. (Desmontando a Harry, 1997)

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lunes, 31 de mayo de 2010

Una de cine

Este fin de semana me acerqué al cine un par de veces para cumplir con mi habitual liturgia: el viernes fui a ver The crazies y ayer, Legion. La primera es un remake de una peli del mismo título de George A. Romero que recordaba bastante bien, de hace casi cuarenta años, sobre unos muertos que vuelven a la vida por una fuga radiactiva en un pequeño pueblo de aquella América profunda. Tenía un poco de denuncia acerca del peligro nuclear que volvió loco a casi todo el planeta en la guerra fría pero, sobre todo, era una excusa para que el maestro Romero nos mostrase a sus seres humanos favoritos: los muertos vivientes. Hubo una época en la que me fascinaba el tema zombie y me tragaba todo lo que caía en VHS en mis manos: y cuánta más sangre y vísceras saliesen, más disfrutaba con la película. Aquellas cutreces como ‘Redneck zombies’, ‘La noche de los muertos vivientes’ o cualquier splatter italiano me fascinaron tanto que aún hoy las recuerdo con cierto cariño, aunque reconozco que eran una auténtica bazofia cinematográficamente hablando. Pero a mí me servían para contentar a la parte más enfermiza de mi mente, ésa que todos tenemos y que nunca reconocemos ante nadie. El final era impactante y por ello me acerqué con curiosidad a ver esta nueva versión cuyo trailer había atraído mi atención. Y la cosa no estuvo mal: la peli tiene ritmo, es entretenida y hasta los actores, que me parecían sospechosos en principio (Timothy Oliphant y Rhada Mitchell, cuyos trabajos anteriores me daban mala espina) están bastante bien. Los infectados acojonan bastante y hay un par de escenas incluso brillantes, como el descubrimiento del avión que envenena el agua del pueblo y la resolución final, muy parecida a la de la peli original pero con más pasta para rodarla. También hay algunos sustos previsibles y tramposos, pero si no fuese así no sería una peli de terror. Bien.

En cuanto a Legion me esperaba más de ella porque me atrae mucho el tema: ángeles y arcángeles luchando entre sí para decidir el futuro de la humanidad. No es muy original, pero si el guión vale la pena y el director es un tío hábil podría haber resultado un producto más que digno: materia prima había para ello. No fue el caso y lo cierto es que el conjunto resulta bastante incongruente, como si se hubiesen rodado escenas por separado y en la sala de montaje se hubiese ensamblado un puzzle sin que las piezas estuviesen encajadas en su sitio. Además: ¿qué hacen el arcángel Miguel y su hermano Gabriel luchando entre sí empleando artes marciales? ¡O disparándose y protegiéndose con sus alas! En fin, que fue decepcionante. Me queda por ver de los estrenos que me interesan de esta semana Jacuzzi al pasado (por Dios, ¡que alguien dispare al que traduce los títulos!) con el grandísimo John Cusack haciendo el memo en una comedia que parece ser disparatadísima, con un viaje temporal de una panda de frikis a mi década favorita: los 80.

Que, por cierto, quién pudiera volver a revivir aquellos años dorados...

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viernes, 28 de mayo de 2010

Vaya plan...

Hay días en los que uno no está para casi nada, y hoy es uno de esos días para mí. Ayer, por ejemplo, le tocó a Zapatero, ¿no? Estoy un poco desganado, más que nada por falta de sueño y un cansancio que no me abandona desde hace una pequeña temporada; así que sólo expongo mi plan para este fin de semana: tonight, jornada de liga de mus. Mañana torneo de copa. De mus también. Cine de noche si no hay novedad (The crazies). Domingo más cine: supongo que Legion. Por la noche Aída, con la que sigo descojonándome. Como mucho incorporaré al orden del día del fin de semana una partida de póker.

Así que si antes estaba para poco, ahora aún estoy para menos...

jueves, 27 de mayo de 2010

De sofás y camas

Hace un par de días el del benegá Henrique (con hache) Tello anunció que no se presentaría al puesto de alcalde de La (con ele) Coruña en las próximas elecciones municipales. Esgrimió varias razones que ni me interesan ni vienen al caso y poco después el actual regidor municipal Javier Losada declaró a la prensa que ‘sus razones tendrá, pero es alguien al que le tengo un cariño lógico, dado el estrecho contacto que mantenemos’. Esto del cariño sí que me interesó. Recordé cuando, hace algunos años y siendo Paco Vázquez todavía alcalde, los plenos municipales a los que solía asistir eran una auténtica pelea de gallos con los portavoces municipales de PSOE y BNG tirándose los trastos a la cabeza casi, casi literalmente. En una ocasión el portavoz nacionalista acusó al socialista de ‘acostarse en el mismo sofá’ con los promotores urbanísticos de la ciudad, por lo que fue reprendido duramente por la presidencia que lo tachó de miserable. Las miradas que se cruzaron los portavoces en aquel momento iban cargadas de algo más que de rivalidad política: si el pleno hubiese sido a puerta cerrada el salón coruñés hubiese sido testigo de una trifulca como las que suceden periódicamente en alguna república tercermundista y que a veces nos muestran por televisión con los presentadores de los telediarios escandalizados ante tamaña muestra de déficit democrático. Durante años se sucedieron momentos similares con el PP de mero espectador, por cierto; pero llegaron las elecciones y los resultados obligaron a que se tuviese que celebrar uno de esos matrimonos de conveniencia anti natura que tanto pululan por nuestro país (ESPAÑA, con mayúsculas como siempre: ella no tiene culpa de nada) y aquellos dos portavoces tuvieron que tragar toda la bilis que pudieron antes de llegar a un acuerdo para repartirse el pastel coruñés. Evidentemente los dos portavoces eran Losada y Tello, que nunca se habían visto en una situación igual.

Así que cuando leí las declaraciones de nuestro alcalde profesando público amor por su némesis nacionalista no pude reprimir la carcajada; pero inmediatamente se me puso cara de mala leche pensando en los individuos que rigen nuestros destinos, que sólo se preocupan por su propia supervivencia sea lo que sea que tengan que hacer... aunque ello suponga tener que dormir en la misma cama con el enemigo. O dejarse empitonar por el rival, por ser más gráfico.

Supongo que será lo que llaman la erótica del poder, claro... Qué asco.

 

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miércoles, 26 de mayo de 2010

¡Niño...!

- ¡Néstor! ¡Aquí!

- (...) Dios, cómo está esto. Ni que regalasen las cervezas...

- ¡Venga, hombre, no querrás tomarte algo en un antro vacío!, ¿eh? Si cuanta más gente más ambientillo... ¡Vamos, pídete una garimba!

- No, prefiero un café.

- Tú mismo. ¡Niño, un café! ¡Y para mí otra Estrella! ¿Americano, como siempre?

- Sí. Bueno, tú dirás...

- ¡Niño, que sea un americano! Joder, Néstor... Vamos a ver, ¿cuánto tiempo ha pasado ya?

- Vane, no me digas que me has llamado otra vez para ésto...

- ¡Coño, y para qué iba a llamarte entonces! Apenas haces vida social, ya ni vienes a jugar al pádel, en facebook ni apareces y ni siquiera bajas a jugar la partida... Néstor, ¡ya ha pasado mucho tiempo! ¡No puedes seguir así!

- Ya hemos hablado acerca de todo ésto, Vane. Sí que puedo seguir así, ¿quién dice lo contrario? ¿De dónde sacáis que uno no puede estar todo lo tranquilo que quiera...?

- ¡¡¿Cómo que tranquilo?!! Lo tuyo no es tranquilidad, Néstor, ¡es falta de sangre! ¡De un tiempo a esta parte vives como un zombie! Tienes una depresión de caballo lo llames como lo llames. ¿De verdad no te das cuenta que esto no es vida, Néstor? ¿Y de que todos te echamos de menos? Joder, con lo bien que nos lo pasábamos...

- Ya lo sé, Vane, ya lo sé, pero... en fin, ya te he dicho que ahora mismo necesito tranquilidad. Y que por muchas vueltas que le demos, la cosa no va a cambiar nada...

- ¡Niño! ¡¿Viene ese café o qué?! Mira que son lentos, a veces... Néstor, válgame el cielo, vas a conseguir desquiciarme con esta actitud tuya de ‘mira cómo sufro por culpa del desamor, qué desgraciadito soy’. ¿Voy a tener que soltarte todo el rollo ese de ‘hay más peces en el mar’ y chorradas parecidas que, por otra parte, son tan ciertas como que el sol sale cada mañana? No me jodas, por favor... Venga, tiene que haber algo que podamos hacer para animarte... Los demás saben que estoy tomando una cerveza... bueno, un café contigo y sabes que estamos dispuestos a hacer lo que sea, lo que sea para que tires para adelante.

- (...)

- Vamos, hombre, suéltate... No sabes la pena que me da verte así, Néstor...

- (Néstor pensando un instante y tomando una decisión). Está bien, Vane. Está bien. No quería decírtelo, pero recuerda que me has obligado... No puedo dejar de pensar en tí ni un instante, Vane. No puedo dejar de pensar en tí de esa manera. Estoy seguro de que no te habías dado cuenta de que yo...

- Vete a tomar por saco, Néstor. Sabía que saldrías con algo así para quitarme de encima, aunque no pensé que fueses tan retorcido. ¿Es que no eres capaz de tomártelo con...?


... (Néstor, muy veloz, le agarra suavemente por el cuello y atrae a Vane hacia sí, estampándole un intenso y apasionado beso en la boca)...


- ...(separándose de él con los ojos muy abiertos) Coño, Néstor...

- Te lo he dicho, Vane. No sólo soy desgraciadito, como ves...

- (...)

- Tranquila, Vane. No hace falta que le cuentes esto a nadie; será nuestro secreto, ¿vale? Pero ahora tendrás que ayudarme, y quitarme a los demás de encima... para que no me obliguen a contarles porqué vivo como un zombie, últimamente... ¿Lo harás?

- (...)

- Lo interpretaré como un sí. Y comprenderé que no quieras volver a verme. De verdad.

- (...levantándose del taburete y comenzando a alejarse) Néstor, yo...

- No pasa nada, de verdad.


Néstor sonríe mientras ve cómo se aleja su hermana. Lentamente saca un Chester y lo enciende tragando una profunda bocanada de humo, al tiempo que dirige su mirada con los ojos entrecerrados al camarero:


- Niño, a ver si viene ese café de una vez...

martes, 25 de mayo de 2010

Opciones

Resumiendo al máximo: a mí sí me gustó el desenlace de Lost. Y mucho, además. Creo que voy a echar de menos esa isla y a los pasajeros del vuelo de Oceanic...

Ahora habrá que centrarse en lo que hay que centrarse: se aproximan oposiciones en las que va incluída la plaza que ocupo actualmente como interino. Auxiliar administrativo, para más señas. Y ante mí se abren dos opciones: presentarme o no. Si lo hago debería de ser con todas las consecuencias: horas y horas de estudio y preparación para lograr el objetivo; y si no acudo a la convocatoria será porque prefiero buscarme la vida por otro lado ya que aquí no me conservarán la plaza in aeternum. Ergo, la clave está en tomar la gran decisión: ¿quiero ser funcionario el resto de mi vida, o no? Con la que está lloviendo en nuestro país (perdón: en ESPAÑA) con el asunto de los recortes salariales y, sobre todo, la de palos que le están cayendo a los empleados públicos desde que se anuncian algunas medidas de presión (lógicas y legítimas, por supuesto) lo cierto es que la duda que ya tenía antes de la convocatoria de la oposición no ha hecho más que agudizarse. Siempre he creído que la parte más negativa de conseguir una plaza de funcionario, esto es, un trabajo del que sólo pueden privarte si has cometido un delito doloso y te han pillado in fraganti, más o menos, es que la persona que la ocupa se funcionariza. Suena redundante, pero tiene una explicación lógica: llegas a un puesto de trabajo para toda la vida con ganas de comerte el mundo y agradecido al sistema por haberte dado la oportunidad de acceder a él; luego observas a tu alrededor y sobre todo a las personas que ocupan plazas similares a la tuya y contemplas su ritmo de trabajo, su labor. ¿Qué ves? Desmotivación. Ningún objetivo real. Mínima presión. Ni riesgos, ni peligro. ¿Qué haces? Amoldarte a tu nuevo hábitat, lo quieras o no. Yo, que llevo observando varios años todo esto lo he comprobado en mí mismo: sin quererlo, sin haberlo pretendido he adoptado las mismas formas de trabajo de los que me rodean: me he funcionarizado, aunque no lo pretendía, y mi único objetivo es entrar y salir a mi hora y cobrar a fin de mes.

Aunque los tiempos no están para hacer tonterías laborales sigo confiando mucho en mí mismo, así que no me dolería lo más mínimo renunciar a lo que ahora mismo tengo e intentar buscarme las habichuelas en algo que me satisfaga un poco más. Algo que aunque me someta a algún tipo de presión o me prive de todas las ventajas del funcionario (funcionarizado) me haga sentir un pelín más motivado, más... vivo. En resumen: aunque no tengo absolutamente nada contra una vida de lo más normal y anodina, como ya he escrito por aquí, ahora mismo tengo la impresión de que está a punto de pasar el último tren hacia algo más... estimulante, por decirlo de algún modo. Si lo pierdo o lo desaprovecho... puede que pierda algo más que una simple oportunidad laboral.

Tendré que pensar en ello muy en serio...



lunes, 24 de mayo de 2010

Tic tac...

Tic tac, tic tac, tic tac... Ahí están ya, presionando, amenazando como una espada de Damocles sobre mi cabeza: las temidas vacaciones. Dentro de una semana me esperan quince días libres, completamente libres... y sin un plan decente para ocuparlas. Pero ya dije ahí atrás que la coyuntura me obligará a desarrollar un proyecto alternativo tal como ejercer de turista en mi propia ciudad, mazarme en el gim, preparar unas oposiciones (¡puaghhh...!) o alguna cosa igual de baratita. Y a esperar a que la ocasión para conocer algún otro rincón del mundo sea más propicia.

Mientras, otra cuenta atrás me mantiene en un sinvivir y con la camisa que no me llega al cuerpo. Esto es un suplicio... Hace unas pocas horas que finalizó Perdidos; como tenía que venir a trabajar, no me pude enganchar a la emisión especial que hizo Cuatro del evento a las seis y media de la mañana, y desde entonces ni me conecto a internet, ni contesto a llamadas de teléfono (o lo hago advirtiendo, en tono amenazante, que como oiga una sola palabra relacionada con la serie cuelgo sin ningún miramiento) ni leo mensajes que me llegan al móvil, que hay mucho cabrón suelto por ahí. Espero llegar sano y salvo en ese sentido a las tres de la tarde, hora en la que saldré del curro con los auriculares en las orejas, gafas de sol y directo al coche sin hablar con nadie; pararé en un supermercado cualquiera a comprar algo de comer y me dirigiré directamente a mi portátil para descargarme el 6x17 y 6x18 subtitulados, por supuesto entrando directamente en vagos.es y rezando para que ningún malnacido insensible haya colgado algún spoiler que me reviente la trama. Vía megaupload, con diez minutos serán suficientes. Luego, si todo va bien, veré esos dos últimos episodios de la mejor serie de los últimos años y entonces, sólo entonces, me conectaré al mundo para observar las reacciones. Que, me imagino y como ocurre siempre que se espera demasiado de una cosa, serán de decepción con el desenlace.

A mí me da igual: quiero disfrutar del momento aunque después me lleve un disgusto. Para una serie de televisión que consigue engancharme de verdad...

Tic tac, tic tac, tic tac... Venga, que queda poco...


viernes, 21 de mayo de 2010

Guapas y guapísimas

Hace pocos días añoraba el sol y el efecto beneficioso que suele tener en mi estado de ánimo, y sobre todo echaba de menos la gran cantidad de tiempo que la luz solar está con nosotros en verano. Como no podía ser de otra manera hoy echo pestes contra el calor casi infernal que tengo que soportar (que aún estamos en mayo, por diossssss...) y ya llevo varios días esperando que caiga la noche para poder respirar un poco. Que sí, que nunca estoy contento, que ya lo sé.

Ahí atrás me contaba un buen amigo mío que él clasifica a las mujeres en dos grupos: guapas y guapísimas. Venía a cuento porque acababan de presentarle a una mujer que le pareció fea, pero fea de verdad, con lo que ya podía ir haciéndome una idea de lo poco agraciada que era la tipa en cuestión, que consideraba una excepción dentro de su criterio un tanto amable para mi gusto. Una vez comentada la anécdota pensé que yo, sin embargo, en cuanto a la catalogación de las personas en cualquier tipo de categoría amplío el abanico casi hasta el infinito: entre cardo borriquero y bellezón deslumbrante caben un sinfín de niveles, y todos ellos están ocupados por un montón de individuos/as. Me ocurre lo mismo, desde luego, con cualquier cualidad que defina a los seres humanos, no sólo a la apariencia física: he conocido a gente verdaderamente hija de puta y también a personas relativamente bondadosas en medio de las cuales hay, nuevamente, todo un repertorio de categorías. Mi escasa confianza en el ser humano en general, y en el ciudadano medio – consumista – occidental – europeo suroccidental en particular (que es el que mejor conozco, obviamente) hace que esta clasificación personal tenga más niveles en color rojo que en verde. Lo que también me lleva a que, si tengo que poner nota a los distintos grupos sociales que pululan por el mundo también podría llenar toda una base de datos con calificaciones que fuesen del cero al mil. Un ejemplo: podría formar una categoría con todos los violadores del mundo. Cero de nota, por supuesto. Dentro de ellos, una subcategoría con los que sufren una patología, que los habrá, y que no pueden reprimir sus instintos aunque lo intenten: enfermos, en una palabra. Cero con cinco. Dentro de esos violadores, tenemos los que además disfrutan torturando y matando: nota por debajo de cero, y escrita con escalpelo en su piel con su propia sangre, a ser posible. Podría inventar asimismo un grupo con los españoles: aprobado raspadillo, supongo, aunque tendría que pensarlo bien. Alemanes: nota reservada. Requeriría un profundo repaso de la historia, y hay tantos claroscuros que es necesario el análisis de mucha, mucha información... Y podría añadir el de los norteamericanos, por ejemplo; y también europeos; mongoles; gitanos; adolescentes; genios; artistas; subnormales (término políticamente incorrecto, pensarán algunos, pero que significa exactamente lo que yo quiero que signifique: gente por debajo de lo normal), panaderos, enfermos terminales, políticos, estafadores (no sé porqué me vienen a la mente juntas estas dos categorías...), pirómanos, eclécticos, pusilánimes, posmodernos, caníbales, gordos y delgados, malos y buenos... En fin, una lista sin fin en la que, además, cada uno figuraríamos en varias de esas categorías. Y cada una con su nota, o calificación.

Todas ellas se podrían resumir fácilmente en dos categorías principales: hombres y mujeres. Salvo excepciones que confirman la regla, todos los seres humanos pertenecemos a una de esas dos. Y yo, que al igual que mi amigo de las guapas y guapísimas tiendo a valorar a todo y a todos, también tengo mi opinión acerca de cada una de ellas. Es decir: los hombres me merecen una opinión y una nota, y las mujeres otras. Y bien distintas, por cierto.

Pero hacer pública mi postura sobre eso sí sería ser políticamente incorrecto y, lo peor de todo, arriesgado e inútil: fuese cual fuese siempre, siempre me lloverían palos desde algún lado.

Así que casi mejor haré como mi amigo: a un@s les pondré buena nota, y a l@s otr@s aún mejor.

Unos guapos, y otras guapísimas...






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jueves, 20 de mayo de 2010

Normalidad

Salió cara, así que fue Jerry quien me hizo reir. Era un crack, el tío... Hoy tocará el penúltimo de Perdidos, así que ya me estoy echando a temblar. Vamos, Jack, no nos decepciones...

Ayer comentaba por aquí lo escaso de mi vida social y me quedé pensando un rato en el asunto. ¿Porqué tendremos la manía (porque de manía se tiene que calificar) de querer buscar siempre una emoción más intensa que la última vivida? ¿O el ir un poco más allá en las relaciones que tenemos con los que nos rodean, sea cual sea su nivel, para comprobar qué hay de novedoso en la experiencia? Parece que tenemos miedo de repetir las cosas que fuimos sufriendo, gozando o disfrutando en nuestra existencia y que si no encontramos algo nuevo que añadir a la vida ésta carecerá de sentido. ¿Tan malo es vivir como un ser... anodino, por buscar un calificativo? ¿Es vulgar ser normal? Ojo: no me refiero a ser el prototipo de buen consumidor español: sueldo de mil y pico euros, 1,87 hijos, casado/a y con estudios medios. Eso lo dejo para las estadísticas del INE. Me refiero a vivir con lo que nos ofrece la vida, sin exigirle más que lo que necesitamos de ella y dejándonos llevar por las circunstancias que nos rodean.

Yo no creo que sea tan horrible el tema. A mí me gusta aburrirme de vez en cuando, por ejemplo; es más, lo necesito. Por ello no me importa demasiado eso de tener o no una vida social más o menos intensa. Es cierto que algún acelerón emocional de vez en cuando viene estupendamente; pero yo me refiero a lo más habitual, al modo de vida. Lo malo es que se podría pensar que alguien anodino puede bordear, por ejemplo, la cobardía. Sería comprensible, sobre todo sin tener en cuenta lo que a cada uno nos tocó en suerte vivir. Pero hoy quiero acordarme (y reivindicar en cierta manera) a todos aquellos que han elegido ser normales en esta vida y no buscan, la mayor parte del tiempo, más emociones que las que le brinda su devenir vital.

Como yo en esta etapa de mi vida. Y así lo reconozco... aún a riesgo de que me llamen cobarde, que no creo ser; hecho que, por otra parte, me importaría un bledo.

Como suele decirse, el que esté libre de pecado...

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miércoles, 19 de mayo de 2010

Mi vida, ¿una telecomedia?

Lo que suponía: es aparecer el buen tiempo y todo el mundo a torrarse sacando los cuernos al sol y mostrando sin demasiado pudor las carnes palidecidas por el largo invierno. Ya están también por aquí las hordas de turistas desembarcados del crucero de turno con sus calcetines marrones cubriéndoles toda la pantorrilla, perdidos sin remedio por nuestra pequeña y descuidadísima ciudad vieja y sacando fotos sin descanso al Ayuntamiento, a la estatua de María Pita (que no tienen ni pajolera idea de quién es, así de bien nos vendemos los coruñeses) y a los bancos de piedra de la Maestranza, que yo lo he visto. No me cabe la menor duda de que esto es un (d)efecto más de la globalización: cuando salimos por ahí nos portamos todos, todos exactamente igual, es decir, como idiotas.

A mí suele darme igual la época del año en que vivo, aunque como ya he escrito anteriormente me encanta la luz que desprende el verano. Se ven las cosas con otra perspectiva, desde luego. Así que como la coyuntura fiduciaria no me permitirá ejercer de idiota en el extranjero y la playa como que ni fú ni fá, he hecho acopio de algunas series antiguas con las que ir tirando durante la época estival. Más que nada porque las actuales terminan temporada y uno ya se siente un poco como huérfano si no hay un serial que seguir con regularidad. Por cierto, a ver cómo coño resuelven Lost; desgraciadamente, me temo lo peor y que el desenlace vaya a ser decepcionante... Decía que conseguí (o sea, me descargué de gratís con total impunidad) algunas series, en concreto Seinfeld y Cheers, clásicos de la risa fácil donde los haya y que hace varios años que no disfruto. Cada una tiene entre 150 y 200 capítulos de unos veinte minutos, más o menos, con lo que calculo a ojo de buen cubero (a ver, 1 euro al que sepa de dónde viene la frase) que me permitirán tener ocupados tres o cuatro meses durante las horas previas al sueño nocturno. Sólo con pensar en ello casi me río recordando algunos momentos que perduraron en mi memoria... En fin, teniendo en cuenta que me acabo de chupar enteritas y casi de un tirón Friends y Frasier, otros dos enormes clásicos de la telecomedia USA hay que llegar a la inevitable conclusión de que mi vida social es, por decirlo de un modo suave y poco hiriente, un poco escasa.

Pero mira, uno lo tiene asumido, así que... tampoco hay mayor problema. Ya vendrán otros tiempos. Esta noche lanzo una moneda al aire y, si sale cara, empiezo con Seinfeld. Y si sale cruz, Cheers.

¡A reírse tocan! ;-)

 

viernes, 14 de mayo de 2010

Please, mr. Ridley...

Aquí llega un bonito puente ideal para una breve escapada; lástima de crisis y de ajuste zapateril que obliga a nadar por las procelosas aguas del ahorro y guardar la ropa por lo que pueda ocurrir. Así que habrá que tirar de los recursos habituales: cine, internet y mucho gim.

Hablando de cine, ayer estrenaron un día antes de lo habitual la visión de Ridley Scott sobre Robin Hood. Se mete en la piel del arquero de Sherwood el últimamente habitual en sus películas Russell Crowe y sale Cate Blanchett como lady Marian, es decir, dos australianos haciendo de héroes de leyenda británicos: la cosa ya olía un poco rara. Pero para mí es una cita inexcusable por varios motivos: es una superproducción americana, y yo me declaro fan irredento de ese tipo de entretenimiento como dije en más de una ocasión; está dirigida por uno de mis dioses cinematográficos (poco menos se puede decir del que parió Alien y Blade Runner), aunque últimamente parecía en baja forma (El reino de los cielos y Un buen año así parecían confirmarlo), y además me encanta ir a los estrenos; así que me acerqué a Los Rosales a verla.

En mal momento. Es lenta hasta el aburrimiento: durante hora y media no ocurre nada de nada; a Crowe no se lo cree nadie en el rol de Robin Hood y, ponga como se ponga, está fondón, fondón; el personaje del malo es tan malo que da risa, aunque Mark Strong hace todo lo que puede con lo que le dan, y Scott intenta aportar tanta información distinta al personaje de la que todo el mundo conoce que termina convirtiéndolo en una caricatura completamente anacrónica. Hay una escena particularmente graciosa en la que, sin venir a cuento y sin ton ni son, Robin se hace el amo y señor de todo el ejército británico al que está arengando en ese momento el rey, rodeado de todos sus nobles y barones; todo a través de un discurso que hubiera firmado el mismísimo Mussolini de lo patriotero que sonaba. Y luego, prácticamente él solito, se carga a un ejército francés cuyo desembarco en las costas británicas recordaba muy peligrosamente al que ya vimos en Salvar al soldado Ryan... incluyendo las barcazas que usaron los americanos para ocupar la playa de Omaha. Completamente fuera de lugar, en serio.

Así que, aunque no me gusta nada hacerlo, recomiendo encarecidamente el NO visionado de semejante bodriete más que nada para que, si alguien tiene un concepto similar al mío sobre el cine de Ridley Scott, no se lleve una decepción más grande que el Titanic. Esperemos que sólo sea una mala racha o algún encargo del que no pudo deshacerse, y nada más. Porque la alternativa es, me temo, que como tantos otros directores contemporáneos se crea realmente que es una especie de dios. Y que su obra hará historia y trascenderá más allá de su época.

Y pensar que está preparando una innecesaria precuela de Alien sobre la historia del tripulante que emitía la señal de socorro que atendió la Nostromo, y que le pueda salir un churro como éste... es para echarse a temblar.

Ridley, te seguiré concediendo oportunidades, no te preocupes; pero, please, no arruines tu gran obra maestra...

jueves, 13 de mayo de 2010

Ozores

Publica hoy El Mundo que un reciente estudio demuestra que la cafeína reduce los errores laborales y mejora el rendimiento de los trabajadores. Luego, es bueno tomarse varios cafés matutinos con el propósito de adquirir la energía necesaria para rendir en el curro. Luego, la sana costumbre que tenemos los funcionarios de salir a tomar varios chutes de cafeína durante la mañana (cosa que no hacen en el sector privado: el porqué o porqué no es intrascendente para lo que nos ocupa) es muy beneficiosa para el desempeño de nuestro trabajo. Luego, ese estudio prueba que el tijeretazo al sueldo de los empleados públicos por parte de ZP es completamente injustificado, ya que hacemos todo lo posible por aumentar nuestra productividad; y el recorte del 5% se lo tenía que haber aplicado a los curritos de las empresas privadas. Para sacar estas conclusiones se encargan los estudios, ¿no?

Hay que tomárselo a coña, sobre todo después de leer algunos blogs que circulan por ahí. Hoy sólo quiero acordarme de uno de los actores que más me hicieron reir en mi infancia y juventud: Antonio Ozores, que nos dejó ayer a los 81 años. Ozores formó equipo en muchas películas con Esteso y Pajares (Los bingueros, El liguero mágico, Los liantes, Los energéticos...) e hizo que toda una generación llenásemos las salas de cine en los 70 y los 80 y descubriésemos, por un lado, que los españoles sólo pensábamos en tetas, culos y tías en pelotas en general por aquella época; y por otro, que para hacer reir hacía falta tener mucho, mucho talento. Yo aún me desternillo cada vez que le veo de entrenador de boxeo de Pajares en Yo hice a Roque III (¡Cañizares!), o de cura en Los bingueros (ese dedo de San Nepomuceno...), e incluso recordando su paso por el Un, dos, tres (la leche, ¡qué mayor voy!). En fin, descanse en paz uno de los mayores cómicos que vio ESPAÑA.

 

 

miércoles, 12 de mayo de 2010

Tarde. Siempre tarde...

Pues iba a contar algo sobre el origen de una de las redes sociales más populares de la web, pero la actualidad manda y no puedo pasar por alto lo de esta mañana: el tijeretazo de Zapatero & friends al sueldo de los funcionarios. ZP anunció más medidas para atacar la sangría del déficit público, pero a mí me toca de cerca ésta, y es de la que mejor puedo opinar. Mis compañer@s ya están poniendo el grito en el cielo, por supuesto, y están amenazando con salir a la calle ante la situación intolerable que supone el que nos quiten 60 ó 70 euros al mes. Aunque ya se sabe: perro ladrador...

Y uno, que es un empleado público un tanto peculiar, no tiene más remedio que escuchar las iracundas reacciones que explotan a su alrededor sin poder decir realmente lo que piensa, so pena de acabar atravesado por mil miradas lacerantes: que esta medida tenía que haberse tomado hace ya algún tiempo, agarrando al toro de la crisis por los cuernos y olvidándose del precio electoral de tan impopular acción, por lo que creo que llega un poco tarde. Como siempre en la cosa política. Ya escribí algo al respecto hace unos meses, pero esta es una buena ocasión para reafirmar lo dicho: que el sector público español es la cosa más improductiva que parió madre y que, por tanto, es lo primero a lo que hay que meter mano en caso de necesidad urgente. Y esta lo es: cinco millones de parados, las pensiones en peligro y el país (recuerdo: ESPAÑA) con una deuda tan grande y costosa que está al borde de un colapso a la griega que sí que obligaría a apretarse bien apretado el cinturón. Así que ese 5% de recorte del sueldo público me parece, en principio, una solución razonable.

Yo estoy más que dispuesto a asumir ese recorte y, además, gustosamente; eso sí, siempre que no se quede en lo de siempre, esto es, que los que paguen el pato siempre sean los mismos. No puede ser que haya una seguridad social que ampare absolutamente a todo el que la pida, pero que la sostenga siempre la clase media española, los asalariados de aquí; ni que el subsidio de desempleo sea, muchas veces, más atractivo que la mayoría de las opciones de reingreso al mercado laboral. Ni que haya un Senado absolutamente inoperante. Ni que suelten 2.500 pavos indiscriminadamente por niño nacido (por Dios, a quién se le habrá ocurrido semejante barbaridad...). Ni que se consienta una economía sumergida de tal calibre como la que tenemos por aquí. Ni que los proyectos legislativos más llamativos sean leyes de (seudo)igualdad o patochadas similares, que al fin y a la postre sólo son maniobras demagógicas de cara a la galería.

Ya veremos en qué acaba todo ésto, y cómo va evolucionando según transcurran las horas; imagino que a los sindicatos se les curará la sordera de repente y tendrán algo que decir. Lo que sí es cierto es que la toma de estas medidas implica que la cosa, por desgracia, es algo más grave de lo que nos quieren hacer creer.

Y mientras, le prestamos casi 10.000 millones a Grecia, para sacarla de sus apuros... El tema tiene gracia, ¿que no?

youtube del día

martes, 11 de mayo de 2010

Encadenados

Qué pedazo jugador es Pau: 33+14 para cargarse definitivamente a los Jazz. Es una pena que no vaya a jugar el Mundobasket, pero casi mejor que descanse para llegar a los Juegos Olímpicos de Londres en buena forma... Cómo son los asuntos deportivos: las selecciones de fútbol y baloncesto, favoritas a quedar campeonas del mundo. Me lo dice algún amigo hace unos años y me estoy carcajeando varias horas, catalogando al infeliz de iluso. Como tendría que hacer leyendo las reacciones del PP con los últimos resultados del CIS: ahora sólo aventajan al PSOE en poco más de un punto, y ponen el grito en el cielo acusando al organismo de parcial, sesgado y tramposo, aunque se cuidan de emplear esta palabra. Es como cuando éramos niños pequeños: si el bocata del recreo no era de nocilla, pataleta que te crió. ‘¡¡No me gusta!! ¡¡Buáaaaaaa...!!' Pues así son nuestros políticos. La verdad es que más que carcajadas tendría que enfadarme, pero como no vale de nada, lo mejor es intentar ignorarlos todo lo que pueda. Lo que no puedo pasar por alto es lo del vertido de petróleo en el golfo de Méjico: en esta ocasión me pilla lejos y parece que no es asunto nuestro, pero la verdad es que estoy harto de BP, Apóstolos Mangouras, Prestiges, Mar Egeos y Urquiolas, y que sí ocurrieron en la puerta de mi casa, y de que nunca aprendamos de los errores. A ver si se cumple la profecía, y en el 2012 el planeta nos manda a tomar por saco. Nos lo tendríamos merecido, por tratarlo tan mal (ojo: yo no simpatizo demasiado con los movimientos seudoecologistas que pululan por ahí. No me parecen distintos de otras empresas o corporaciones; pero ver el mar teñido de negro cada poco tiempo me enerva, no puedo remediarlo). Hablando de corporaciones: dentro de unas semanas se reune en Sitges el club Bilderberg, ese clan seudomasónico que, dicen, decide el destino del mundo en plan conspiranoico desde hace varias décadas. Hay mucha información por ahí, sobre todo colgada de la red; y hay que filtrarla mucho para creerse la parte que vale la pena. El hecho es que ese selecto club se reúne periódicamente, y de algo tendrán que hablar, digo yo; en él hay todo tipo de personajes, pero todos los que asisten a él son personas muy influyentes, desde mandatarios públicos a dueños de grandes empresas. La reina Sofía no se pierde una, al parecer, lo que ya me parece suficientemente interesante (conque una figura decorativa, ¿eh?). Y este año tenemos que echarnos a temblar: en 2009 se reunieron en Grecia, y ya algún partidario de las teorías conspirativas dijo por aquel entonces... ¡que iban a hundir el país! Y mira lo que está pasando... Lo dicho, para acojonarse.

Todo esto me interesa, por supuesto, pero termina aburriéndome, excepto lo de Gasol. Qué grande, el tipo. Así que mejor dedicar mi tiempo a cosas que me gusten:


lunes, 10 de mayo de 2010

Haití

Nada, mi futuro en el póker es negro como el azabache: otras dos veces AA, y a palmar como un principiante. Lo peor es que perdí contra color y 222, que es más sangrante. Como dice mi amigo CB, va a ser que las aplicaciones informáticas están diseñadas para proporcionar espectáculo con el objetivo de que la gente se enganche; si no, no hay explicación estadística posible, no me jodas... Habrá que centrarse en el mus, donde tampoco es que me vaya mucho mejor. Pero al menos no palmo pasta.

Para compensar tanto vicio, hoy sólo dejo un pequeño aporte más o menos solidario.

No nos olvidemos de Haití:


David Summers

¿Hay alguien por ahí,
alguien que me pueda oír?
¿Queda algo por decir,
un milagro que nos convierta en ti?

Najwa
Tendrán muy pocos años
desde hace mucho tiempo
Tendrán muy pocos años
desde hace mucho tiempo

Bebe
Ahí tienes lo que queda, ahí tienes la tierra
Pa volvé a ará, pa limpiá, plantá, construí...
Ahí está vacía sin ná
Con tó dispuesto a volverse a llená

Alejandro Sanz
Hay amor, hay en ti, hay en mi voz, ay ay Haití
Hay amor, hay en ti, hay en mi voz, ay ay Haití

Miguel Bosè & Shakira
Hay amor (hay amor), hay en ti (hay en ti)
Y en mi voz (hay en mi voz), ay ay Haití

Miguel Bosè & Zahara
Hay amor (hay amor), hay en ti (hay en ti)
Y en mi voz (y en mi voz)...

David Otero (ECDL)
Oh, hay tierras que no tienen sueños
Hay tierras que tiemblan de miedo

Juanes
Hay tierras que tienen paz
Haití sólo quiere ser normal

Aleks Syntek
Aún hay tiempo de renacer
De cabalgar sobre el hambre y el hierro
Aún hay tiempo de dar amor
Borrar el miedo y la destrucción

Todos
Hay amor, hay en ti, y en mi voz, ay Haití
Hay amor, hay en ti, y en mi voz, ay Haití

Marta Sánchez
Ay Haití, ay Haití
Hay un suspiro en tu voz que despierta mi corazón

Miguel Bosè
Una vida se detiene a su espalda la desolación
Es un niño de mirada perdida
Que desde el polvo ilumina con su luz

Leire (LOVG)
Hay tierras que no tienen sueños
Hay tierras que tiemblan de miedo

Estopa
Deja que este llanto desentierre nuestra fe
Enterrada en la misma tierra que nos vio nacer

Belinda & Todos
Hay amor, hay en ti, y en mi voz, ay Haití

Todos
Hay amor, hay en ti, y en mi voz, ay Haití

Shakira
Ay Haití... ay Haití...
Que no hay silencio en mi voz
Que soy ladrillo en tu construcción

Macaco
Y way ay ay ay Haití
Hoy contigo quiero estar junto a ti
Beredi-bombeando todos los corazones hoy aquí

La Mala Rodríguez
Ha nacío de las cenizas Barón Samedí
Yo vivo por mi gente, no deja de sentir
Devuélveme los hombres que se fueron a pelear por su suerte
Por su propia dignidad
¿Hasta cuándo la deuda por ser negro siendo rico?
No les basta el excedente pa llená el hocico
Escucha mi plegaria, Barón Samedí
Quiero resucitar pa volver a ver Haití

Shakira & Enrique Iglesias
Hay que volver a nacer, perderse otra vez
Volver a creer, empezar otra vez
Hay que volver a nacer, perderse otra vez...

Bebe:
Aquí hay algo más que unos cuantos vivos metidos dentro de su cuerpo
Porque eso es lo que hay, no hay más que hacerlo
Eso es lo que hay, proceso de inversión
No queda más opción que volver a construir todo lo que se derrumbó

Najwa: (con adlibs de Carlos Jean)
Hay que volver a nacer, perderse otra vez
Volver a creer, empezar otra vez
Hay que volver a nacer, perderse otra vez
Volver a creer...

Sobre el estribillo:
Alejandro Sanz:
Hay amor, hay en ti, hay en mi voz, ay ay Haití...

Shakira:
Hay amor, hay en ti y en mi voz

José Mercé:
Hay amor, hay en ti con mi voz
Ay ay Haití

Sandra Carrasco:
Escucha las campanas que redoblan

Marta Sánchez:
Mmm... ay Haitíii... aaoohhh

Todos:

AY, HAITÍ

viernes, 7 de mayo de 2010

Entendidos y profanos

Se avecina un finde lluvioso, así que tocará pasar el tiempo bajo techo. Cine, gim e internet a mazo. ¿Y si hiciese buen tiempo? Pues lo mismo. Es patético, lo sé.

Mejor no pensar en ello. Ayer le concedieron un premio importante, el Velázquez de las Artes Plásticas, a una artista colombiana llamada Doris Salcedo; esta mujer sorprendió a todo el mundo hace unos años al exponer como única obra en la Tate Modern de Londres una grieta que recorría los 160 metros del suelo de la Sala de Turbinas del museo. Según la propia autora, su obra hace referencia al racismo, a la prepotencia occidental y su política de inmigración; y según algún crítico, se apropió del lenguaje conceptual y subvirtió códigos, y supo, en definitiva, situarse en las antípodas de sí misma para recitar su inquebrantable discurso. El crítico se quedó tan ancho, creo.

Yo estuve allí y ví la grieta. Era una raja en el suelo, no muy ancha, que en la inmensidad de la sala llama la atención, cuando menos. Semejaba un relámpago flotando estático en un cielo invertido. Pero ya en aquel momento estaba seguro de que lo impactante de la obra (ojo: una grieta en el suelo que es una obra de arte...) iba a hacer que entendidos y profanos se lanzasen a encontrarle interpretaciones tan distintas entre sí como, en algún caso, absolutamente disparatadas: que si ‘el abandono y la memoria, el sinsentido, el absurdo y la nada palpitan en la obra’, o que ‘su obra está asociada a la realidad de Colombia’, ‘son objetos, convertidos ahora en espectros, que activan lugares y espolean la memoria colectiva’... o, directamente y como me pareció a mí en el momento en que la ví, que hay que tenerlos bien grandes para convencer a los gerentes de un gran museo de coger una taladradora, hacer agujeros en el suelo y llamarle a eso obra de arte. Y sabiendo que, con suerte, alguno la iba a colocar en un pedestal por atreverse a hacerlo. Pero yo, evidentemente, soy un profano.

En fin, cosas del arte. Hace unos años también ví, en el Altes de Berlín, un cuadro de un tal Yves Klein que me llamó también poderosamente la atención: era un lienzo de un azul monocromático intenso, sin ninguna otra mota de ningún otro color. El cuadro se titulaba IKB, iniciales de International Klein Blue porque el tipo patentó el cromatismo, al igual que otros muchos, y se dedicó a pintar lienzos únicamente con pintura de esos colores. Me pareció tan acojonante como estúpido. Repito que soy un profano en ésto; pero conseguir que los que no lo son cataloguen una tela en la que no hay nada, NADA más que un color como obra de arte, y que se exponga en un museo de gran reputación... es rizar el rizo, hablando castizamente, y hace que uno pierda la fe en la mayor parte de los movimientos artísticos de nuestro tiempo. ¿Qué fue de aquellos retratos asombrosos del Renacimiento? ¿Y el estudio de la luz que hacía Caravaggio, por ejemplo, y que plasmaba como nadie en sus cuadros? ¿Y Picasso? ¿Están tan pasados de moda, hoy? ¿Será que los museos contemporáneos son casi tiendas de souvenirs, y que se dan de hostias por impactar cuanto más mejor al visitante... aún a costa de su inteligencia? A mí no me convencen: estas obras de arte me parecen un fraude. Me quedo con mis películas, mis cómics y mi narrativa claras, entendibles y asimilables por mi intelecto.

Aunque hay que concluir una cosa: no recuerdo más obras de arte de la Tate Modern, ni del Altes, salvo el famosísimo busto de Nefertiti, que por aquel entonces estaba ubicado allí. ¿Estaría yo escribiendo en este blog sobre ellas si no fuesen tan polémicas como son? ¿Le prestarían los entendidos posmodernos tanta atención? ¿Es la función del arte, entonces, la de crear polémica, controversia?

Ergo, ¿arte = reality show?

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jueves, 6 de mayo de 2010

PokerStars

Anoche, tras terminar mi trabajo con los blogs que actualizo regularmente (porque a veces parece que de eso se trata: de un trabajo. Es culpa mía, así que aunque suene como una queja no lo es) jugué una partidita de póker online. Descubrí PokerStars hace poco y cuando puedo, ya que me pirran los juegos de cartas en general y los de envite en particular entro en una mesa de alguno de los torneos que están en marcha y tomo asiento... virtualmente, claro. Por fortuna lo que no me gusta demasiado es perder dinero, así que me limito a las microapuestas y así la pérdida nunca es muy grande. Ayer la cosa fue bastante indignante porque con AA, estando las ciegas en segundo nivel, o sea, casi al principio, y en posición post CG (la peor de todas, para mí) otros dos jugadores acudieron al all-in que no me corté en lanzar ya en preflop, pensando que el que quiera peces que se moje. Lo cual me olió como un perro muerto. Uno llevaba KK y otro 99 y, como ya se habrá podido deducir, me enviaron a la puta calle al salir K en el flop y ¡dos 9 en turn y en river! En fin, como digo indignante.

Lo que yo quiero comentar al respecto es el enorme auge que está teniendo el póker últimamente en el mundo sobre todo en su versión online, y el increíble negocio que supone para las empresas que desarrollan las aplicaciones del juego. Los responsables de PokerStars, por referirme a la que mejor conozco no son públicos, no se han dejado ver, aunque parece ser que hay muchos rumores sobre quién está detrás. Sean quienes sean el programa es absolutamente espectacular y la cantidad de opciones que da al jugador, sea amateur o profesional, es escalofriante. Hold’em, Omaha, torneos sit & go, multimesa, con y sin límite, heads up... Sólo hay que fijarse en el número de jugadores que hay en las salas en cada momento, de 200.000 al norte, y que ellos mismos exponen en su página principal en un ejercicio casi onanista de autopublicidad; y las mesas ocupadas rondan, una tarde cualquiera de semana, las 30.000. Eso, 24 horas al día, 365 días al año. Como el asunto es global, siempre hay gente despierta por el mundo adelante frente a un ordenador dispuesta a jugarse unos dólares con algunos desconocidos de la otra punta del planeta. Lo cierto es que la cosa, si se piensa bien, tiene su morbo... Si por entrar en cada mesa cobran entre el 5 y el 10 % del pot, y cada partida puede durar, no sé, una hora... sólo hay que hacer unas cuantas multiplicaciones para comprobar que el beneficio, por mucho que cueste mantener semejante sistema es indecentemente bestial.

Me divierto mucho jugando al póker, así que por mí que ganen pasta a espuertas. Como digo habitualmente, solemos tener lo que merecemos; y si lo que queremos es hedonismo puro y duro y que nos proporcionen cuantas más formas de entretenimiento y evasión mejor, siempre aparecerá alguien con la caña y la zanahoria para ofrecérnoslos. Yo, de momento, acudiré de vez en cuando a la llamada; para comenzar, intentaré apuntarme al próximo Sunday Million, que suele tener varias decenas de miles de participantes, y que la suerte me acompañe. Aunque no lo parezca, lo que en realidad me atrae es el juego en sí; el premio por hacerlo bien, o sea, la pasta me da un poco de asco. Lo juro. 

Pero a veces es tan tentadora...

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miércoles, 5 de mayo de 2010

Reir, o no...

Los titulares de prensa mañaneros continúan provocándome enormes carcajadas. Que si Grecia se gastó la pasta que le prestaron sus socios y ahora se encoge de hombros diciendo ‘noséquehapasao’, que si sus amiguitos europeos le van a echar un cable en plan venga, vaaaaaa, te presto lo que me debes pero me lo devuelves con intereses sobre los intereses..., que si Portugal y ESPAÑA (sigo escribiéndolo bien clarito, para que no haya confusión con ‘este país’ o ‘esta gran nación’, que hoy significan otra cosa) están a punto de seguir el camino heleno y hacer crack, con la soga al cuello según nosequé empresas de calificación de deuda, que vaya usted a saber qué significa eso... En fin, que los que saben de pasta y cómo quitársela a los demás parece que juegan al Monopoly con los estados que componen la UE, con el resto de Occidente mirando a ver qué pasa y revoloteando como una bandada de buitres a ver si pueden meter baza. Mientras, los que estamos pillados por los cojones (los de siempre, los asalariados) vemos las barbas del vecino griego arder e intentamos poner las nuestras a remojo, aunque aún no sabemos muy bien cómo. Que allí ya les quitaron la paga extra y los complementos a los funcionarios y pensionistas, más o menos; y cuando suceda aquí... se me van a olvidar las ganas de seguir riéndome a mandíbula batiente. O no, vete tú a saber.

Al final la gente se hartará de tanto tejemaneje (y eso que aún no he escrito nada de la sinvergüencería de Goldman Sachs, que eso sí que tiene tela) y va a resultar que la peli que fui a ver ayer, ‘Un ciudadano ejemplar’, en la que un tipo se toma la justicia por su mano y se intenta cargar a todos los responsables de la muerte de su familia incluyendo a todo el conglomerado judicial y político de su comunidad terminará por trasladarse a la vida real y alguno la emprenderá a tiros con los culpables de tanto desmán económico.

No será cuestión de risa si algún día llega a suceder; pero habrá que convenir que, si la Justicia no es justa... es inevitable que alguien crea que tiene que impartirla, aunque sea con sangre. Esto de que no pague nadie por todo lo que está sucediendo es incomprensible para la mayoría de la gente, así que... preparémonos para el ojo por ojo llevado al extremo.

Mientras, mejor reirse con los titulares de prensa, para no llorar.

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martes, 4 de mayo de 2010

España

Bien, es hora de hacer un receso en el chollo para escribir el habitual post. Es curioso: mientras estoy comiendo, por la tarde sudando en el gimnasio o de noche en cama en los momentos previos al sueño se me ocurren mil cosas sobre las que contar algo, pero en cuanto pincho en Nueva entrada... zasca, esas ideas se evaporan, o al menos se hacen más difíciles de aprehender. Debe ser eso que llaman miedo al folio en blanco de los escritores. Porque sea como sea y al nivel que corresponda, cuando uno escribe en un blog es un escritor. Igual que si le das patadas a un balón en el equipo del barrio eres futbolista, o si calientas la plancha en McDonald´s eres cocinero; y que se pique quien sea. El caso es que poner por escrito lo que uno piensa es más complicado de lo que a priori parece.

Hoy querría seguir hurgando entre los mil y un recuerdos que de vez en cuando asoman por mi memoria, como decía ayer, porque aunque sea un tema un poco recurrente y facilón la verdad es que a todos nos gusta contar, de vez en cuando, lo que nos ocurrió en la vida. Más que nada porque, plasmándolo por escrito, a veces tenemos una perspectiva diferente de los hechos que nos tocó vivir. Es como si adquiriesen otra dimensión. Ocurre lo mismo cuando cuentas tus vivencias en voz alta, con amigos o frente a un auditorio cualquiera. Pero lo malo, como ya dije en algún otro momento por aquí, es que no sabemos escuchar. Cada vez que alguien cuenta algo, todos los oyentes están deseando explayarse con algo que les ocurrió a ellos que termina solapando lo que el orador que tiene la palabra está expresando. ¿O no? Y el que esté libre de pecado... Por eso me gustan los blogs: puedo contar lo que yo quiera sin temor a que nadie me interrumpa. Y el que no quiera escuchar, ya sabe: a pinchar en facebook o donde le venga en gana. Sin embargo, y como el descanso que comentaba al empezar toca a su fin, dejaré esas vivencias para otro momento y ahora me limitaré a hacer un comentario un tanto vulgar: estoy harto de la élite que nos toca sufrir en nuestro país. Perdón: que nos toca sufrir en ESPAÑA, que parece que últimamente nos cuesta emplear la palabra, o que es políticamente incorrecto decirla, presumir de español o exhibir los colores, salvo si espara apoyar a la selección. Así que bien clarito lo escribo: ES-PA-ÑA. Pues eso: el Gobierno está perdido y no quiere/sabe rectificar, la oposición no es alternativa y da un poco de asco en cuanto a las formas, de los nacionalistas mejor me guardo la opinión, para no emplear palabrotas, los sindicatos hace tiempo que no tienen ni puta idea de lo que significa la O del PSOE, y la Iglesia.... ay, la Iglesia. Siguen pidiendo perdón por sus pecados cuando son delitos lo que han cometido algunos de los suyos. Sólo la élite empresarial parece tener claro su papel, que hacen a la perfección: exprimir al máximo a los consumidores para satisfacción de sus accionistas, que son los que querrían ocupar algún día su lugar. Hasta sacarnos la última gota de sangre, metafóricamente hablando.

Lo dicho: es vulgar, pero necesito airear esta opinión con cierta frecuencia. Para que quede claro que ESPAÑA merece algo mejor.

Aunque los españoles de hoy en día... no estoy tan seguro de que lo merezcamos.

Fin del receso.




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lunes, 3 de mayo de 2010

Efemérides

Tengo cierta propensión a recordar fechas que supusieron algo importante en mi vida, hecho que también alcanza a sucesos un poco menos trascendentes. Hoy hace 10 años exactos que dejé de fumar; puede parecer algo trivial para recordar después de tanto tiempo, pero me supuso un esfuerzo físico y mental tan grande que todos los años, al llegar el 3 de mayo, dedico un momento a pensar en ello y a congratularme por haber conseguido ganar aquella batalla. Hay otros muchos acontecimientos que merecen el mismo trato por mi parte, desde luego, pero hoy tocaba recordar éste. Lo malo de rememorar estas cosas es la relación que se establece con otros hechos de la misma época o de tiempos parecidos, y eso, en las ocasiones en que dichos recuerdos no dejaron en la memoria una huella agradable, puede resultar incluso triste.

Intentaré quedarme con la parte positiva del asunto... Y ya que estoy hurgando en el armario de la memoria, tengo otros dos motivos para escribir sobre los recuerdos: hoy me desperté con la noticia de un nuevo intento de atentado en Nueva York; al parecer unos talibanes paquistaníes o algo así colocaron una furgoneta cargada de material explosivo en Times Square, tan rudimentaria que gracias a Dios el sistema falló y todo quedó en un susto. Pero pudo haber sido una masacre. Hace exactamente once meses que estaba paseando por allí con mi amigo Carlos, pensando en que estaba en el verdadero centro del mundo occidental y contemplando, embobado, las lucecitas de colores que inundan la plaza, cual polilla atraída por una bombilla. Aunque siendo consciente de ello, lo juro. Por allí sólo pasean turistas y gente que quiere tener la misma sensación que tenía yo; por eso jamás comprenderé ese intento de hacer pagar con sangre inocente los abusos de Occidente para con Oriente Medio. Que asco de mundo... También le eché un vistazo hace un año y medio aproximadamente al ex-campo de exterminio nazi de Dachau, cerca de Munich, del que este último fin de semana se cumplió el 65 aniversario de su liberación, ampliamente comentado en los medios de comunicación. Leer la noticia y recordar aquel momento fue todo uno, y aunque las circunstancias actuales nada tienen que ver con lo que supuso en su tiempo (allí murieron decenas de miles de personas, y se cometieron las mayores atrocidades imaginables), me sentí honrado de haber tenido la oportunidad de haber estado allí y de haber sido testigo, en la distancia temporal, de una parte importante de la Historia.

No me queda otro remedio que reconocer que somos muy afortunados por tener recuerdos. Nos ayudan a ver con perspectiva el futuro, creo yo, que además sólo es otra dimensión del pasado: algún día ese futuro se convertirá en recuerdo también. La forma, o el envoltorio con el que empaquetemos esos recuerdos ya es otra cuestión... que dirá mucho de nosotros mismos.

Mis recuerdos, desde luego, lo dicen todo de mí. Seguro.


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