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- Las religiones son como clubs, exclusivistas todas. Fomentan el concepto de los nuestros para que sepas a quién odiar. (Desmontando a Harry, 1997)

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lunes, 21 de junio de 2010

Los primos

Tengo un amigo que es un poco tonto, y eso que en aras de conservar esa amistad soy muy benévolo con el calificativo. Ha caído en la más ridícula de las trampas; y lo ha hecho por haberse dejado atrapar por el principal de los pecados capitales: la vanidad. Él, que huyó cual correcaminos del coyote de la mayoría de los vicios que tenía (primero acabó con el tabaco, después dejó de comer como si no hubiese un mañana y hasta de follar, fíjate tú si tiene fuerza de voluntad para algunas cosas; sólo le queda dejar la cafeína para poder ingresar ya en la orden de las Carmelitas Descalzas) se dejó seducir estúpidamente por un mísero reclamo publicitario y se compró ¡una crema para reducir el abdomen en sólo 4 semanas! Mientras escribo esto me invade un deseo irrefrenable de proponerle que se autoflagele, por imbécil. Sólo a él se le ocurre creer que frotándose un potingue por la barriga se le va a quedar el cuerpo del tipo que anuncia el envase... Claro, debió razonar mi amigo, si se gastan lo que se gastan en publicidad para promocionar el producto – páginas enteras en diarios de tirada nacional a todo color, anuncios en la televisión – es que realmente tienen que creer en él. Luego tiene que funcionar. Así que lleva untándose más de un mes y medio el dichoso ungüento por todo el torso y ya me confesó que tiene la sensación de que aún está más hinchado que antes; además de apestar como un puerco espín en celo y después de haberse gastado una pasta gansa en el dichoso medicamento (39 eurazos del ala por un botecito minúsculo).

Con lo cual sólo me queda concluir una cosa: tanto criticar lo que se gastan las mujeres en productos de belleza (que lo hacemos, lo hacemos) tales como cremas antiarrugas, anticelulitis y demás antis, y al final es a nosotros a los que nos la meten doblada. Los que nos dejamos tomar el pelo. Los incrédulos que creen en los milagros cosméticos. Los primos.

39 pavos. Si es que hay que ser subnormal...




viernes, 18 de junio de 2010

Órdenes

Ay, Sara, pobre Sara... para que luego digan que la belleza física abre casi todas las puertas... ¡La que te espera si Iker falla estrepitosamente en algún partido de los que le quedan a la selección! Lo peor de todo es que esta chiquilla me parece una fenómena en su trabajo: aparte de su (evidente) fabulosa presencia ante las cámaras, creo que sabe de lo que habla y además lo expone brillantemente; vamos, que semeja ser una buena profesional. Así que iba a tener narices si finalmente el hecho de ser tan escandalosamente guapa termina perjudicándole en su trabajo... aunque pensando dónde estamos (en ESPAÑA, recuerdo), no debiera resultar tan sorprendente.

Bueno. Hay más cosas que fútbol, aunque no lo parezca; entre ellas me llama mucho la atención la última ejecución que tuvo lugar esta pasada madrugada en USA de un reo condenado a muerte. Fusilaron a un tipo que hace 25 años mató a un abogado mientras huía de no sé qué delito. Ocurrió en Utah, el estado mormón que, leí en algún lugar, dicen es la cuna del ojo por ojo; de hecho es el único estado que hasta hace poco ofrecía la posibilidad al reo de escoger la forma de su ejecución. Este condenado prefirió que le disparasen en el pecho porque no se fiaba de la inyección letal, así que las autoridades designaron un pelotón de cinco policías, le colgaron al futuro cadáver una diana en el corazón y tras una cuenta atrás breve dieron la orden de abrir fuego. Al parecer, el hombre falleció casi en el acto.

Siempre que se lleva a cabo una ejecución en algún país de estos que respeta más bien poco determinados derechos humanos (sí, sí, mis admirados USA, en este sentido, aún tienen que avanzar mucho) se produce el debate alrededor de la pena de muerte, la cadena perpetua y el papel del Estado en la aplicación de las distintas leyes penales. Y se organiza siempre el mismo ritual: protestas de grupos pacifistas, alboroto frente al Tribunal Supremo de turno, llamadas y cartas dirigidas al gobernador estatal pidiendo el indulto o la conmutación de la pena capital por la reclusión eterna (que no sé yo qué preferiría, la verdad...), y la inevitable negativa prácticamente siempre a que esto se produzca. Siempre me imagino a los testigos que asisten a la ejecución tal y como aparecen en las películas: mirando fijamente a un teléfono colgado de la pared esperando a que suene el timbre cuando falten pocos segundos para el fatal desenlace (memorable la escena que contó Clint Eastwood en Ejecución inminente). Y también imagino la general relajación cuando, por fin, todo ha acabado: ya no hay remedio para lo que acaba de suceder, así que a esperar a la siguiente ocasión en que se pueda volver a montar todo el ritual. Yo no he variado mi opinión al respecto desde hace muchos años: como norma general creo que el Estado no puede arrogarse la capacidad de decidir acerca de la vida y la muerte del individuo; eso ni siquiera debería corresponderle a Dios, que dicen otorgó al Hombre el libre albedrío. Pero la condición humana es la que es, no la que queremos que sea, y en cuanto el hombre vive en sociedad con otros hombres las relaciones interhumanas abarcan todo tipo de niveles, del más abyecto imaginable al más sublime. Y por desgracia también pienso que hay casos en los que la muerte ni siquiera es castigo suficiente. Ergo, mi postura acerca del tema varía con el tiempo, con las circunstancias y con cada caso concreto. ¿Pederastia y posterior asesinato a sangre fría? Lo siento: pena de muerte. ¿Atenuante porque el asesino estaba borracho, o drogado? Sigo sintiéndolo: al foso. ¿Enajenación mental transitoria por algún motivo razonablemente claro y diáfano? Mmmmmm... No lo sé. Ergo, es un tema, desde luego, enormemente complicado.

Lo que me ha llamado la atención de este caso concreto en el que el reo prefirió que lo fusilasen es lo siguiente: los policías que le dispararon en el pecho, ¿se presentaron voluntarios para ello? Es de suponer que sí, porque no imagino a alguien forzado a hacer algo semejante, por mucho que deba obedecer órdenes. Ya me cuesta bastante imaginar una situación real de guerra, aunque ése es otro asunto cuyo debate sería inacabable. Si es así, ¿qué tipo de persona se presta voluntaria para pegarle un tiro en el corazón de forma legal a otro ser humano, y luego vuelve a casa para darle un beso a su mujer y acostar a sus hijos, por ejemplo? ‘Cariño, ¿qué tal el dia?’ ‘Bien, nada fuera de lo normal. Le pegué un tiro a ese tipo que teníamos que ejecutar, pero por lo demás todo tranquilo. ¿Qué hay para cenar?’

Puedo hacerme una idea, aunque sea levemente, acerca de qué tipo de persona sería esa; si yo fuese compañero de esos policías tendría mucho, mucho cuidado en enfadarme con ellos. Ni a discutir de fútbol me atrevería, no vaya a ser; en todo caso estos sucesos siempre me indican que el mundo en el que vivimos es demasiado complejo y en el que caben todo tipo de personas y comportamientos. Pero también consiguen que mi fe en el ser humano, como digo y escribo siempre, vaya menguando con los años.

Mejor seguir ocupados con el Mundial, para no desesperarnos..

jueves, 17 de junio de 2010

Fatalismo

Bieeeeeeeeen... Ya sabía yo que mis compatriotas, mis queridos ESPAÑOLES no podían fallarme en una ocasión como esta, ciertamente inmejorable para sacar a relucir nuestras cualidades más patrias, a saber: la puñetera envidia, el fatalismo más exagerado, la mala hostia y, sobre todo, la bipolaridad. Extrema. Nadie como un español para exhibirla en un mínimo espacio de tiempo y en un grado tan exagerado... Pasamos del blanco al negro sin detenernos en el gris en un pispás, y no sé si por contagio, mimetismo o por cual motivo la población entera se cubre con un manto de tristeza y mala leche en cuanto ocurre algo como lo de ayer: en este caso la derrota de nuestra todopoderosa selección española de fútbol.

Éramos favoritos para ganar el Mundial, cosa que nos lleva recordando la prensa deportiva (y la generalista, que tampoco se libra) casi dos años, y tras perder con los suizos sólo nos preocupa encontrar a los culpables; además somos unos paquetes, el seleccionador se equivocó con la alineación, los jugadores son unos niños mimados y las casas de apuestas, lo peor de todo, pagan la victoria final hispana con un dineral, es decir, los que tienen pasta ya no creen en nosotros. Parece que, como una metáfora de la coyuntura social y económica, nuestra acciones cotizan a la baja... Pero, salvando el hecho objetivo de que sólo se ha perdido un partido y que la cosa no va a ser tan fácil como nos vendieron estos últimos tiempos, yo sigo confiando en nuestra selección. Algo como lo de ayer ocurre una de cada cincuenta veces, lo que no es consuelo, desde luego; pero el juego sigue siendo apabullante, aunque ahora salgan agoreros por todas partes que prediquen que el tikitaka ya se quedó obsoleto. Ya se sabe, aquí todo quisque sabe de fútbol... Así que mis expectativas siguen intactas.

Lo que me llamó la atención esta mañana, sin embargo, es ésto:


Es la portada digital del The Times, ojo, periódico serio. Y bajo la foto dice: “¿Derrota española? Culpa a la novia”

Yo, qué quieres que te diga: a mí la prensa británica me cae estupendamente. Con lo que me cuesta en ocasiones encontrar las palabras para expresar una opinión, éstos siempre me lo ponen así de fácil:

Pero mira que son gilipollas, estos británicos.


miércoles, 16 de junio de 2010

El Mundial

Estos días el Mundial de fútbol lo acapara todo, y no me refiero a las vuvuzelas que atruenan desde Sudáfrica. Salen unos tíos golpeando un balón y defendiendo una bandera y parece como si se desplegasen dos ejércitos dispuestos a conquistar ¿qué?. Supongo que al otro, lo cual ya es bastante. Dada la situación que vivimos los Gobiernos están encantados con el asunto, ya se sabe, el opio del pueblo y todo eso. Y aunque la cosa no sea para tomarla a broma, el hecho es que sirve de bálsamo para aliviar algunas tensiones. Muy suave, pero al fin y al cabo bálsamo. Yo siempre viví con intensidad el Campeonato del Mundo, y basta que ESPAÑA parta como una de las selecciones favoritas al título para que en esta ocasión esa intensidad se transforme casi en ansiedad. Aún no debutó y ya me estoy mordiendo las uñas... Lo que no implica que, como dije, sea consciente de que la situación roce el absurdo: que un deporte nos haga olvidar (en general) la realidad y anestesie nuestra percepción de los problemas que nos acucian da un poco de risa. Si no fuese un asunto tan grave, claro.


Dicho esto: ¡AÚPA ESPAÑA!


miércoles, 9 de junio de 2010

¿Orgullo?


Hay que ver cómo está el mundo... mejor dicho, hay que tocarse los huevos con cómo está el mundo. Ahora los organizadores del Desfile del Orgullo Gay de Madrid vetan a la carroza israelí porque representa al ayuntamiento de Tel Aviv, que no condenó el ataque a esa flotilla de la Libertad que cada vez me da más mala espina, aunque no voy a volver sobre ese tema. Me recuerda a aquel chiste en el que a un hombre lo están juzgando por haber matado a otro, y le contesta al juez que le interpela: 'Es que era judío, y por culpa de los judíos mataron a Jesucristo'. 'Pero eso ocurrió hace dos mil años', contestó el juez. 'Sí, pero yo me enteré ayer...' Pues más o menos lo mismo: con las que lleva montando el estado israelí desde hace 60 años, y ahora van estos a tomar medidas por lo ocurrido precisamente ahora... y adoptando una postura bastante bíblica, por cierto: que paguen justos por pecadores. Qué tendrán que ver los gais judíos con este tema, madre de Dios... además, ¿no se supone que normalmente estos colectivos intentan ser lo más tolerantes posible, visto el trato que recibieron en el pasado (no hace tanto tiempo, por cierto)? Pues se están cubriendo de gloria dejándose llevar de esta manera... Pero lo mejor de todo, ¿qué coño de medida de presión es esta? ¿Es que acaso le va a importar un bledo al estado de Israel que prohiban a una carroza participar en un desfile? El alcalde de Tel Aviv se tiene que estar descojonando de la risa...

En fin... En solidaridad con los organizadores del desfile, a partir de mañana dejaré de comer pan de pita. Y el falafel me lo voy a hacer con callos a la gallega.
Eso sí que les va a fastidiar...



youTube del día:

lunes, 7 de junio de 2010

Los nuevos dioses

Siempre a vueltas con lo mismo. Según la prensa estamos sufriendo una crisis bestial; vale, lo acepto. Se están tomando medidas impopulares que van a hacer tambalearse a muchos gobiernos: lógico, son los que más desgaste sufren. Y se anuncian revueltas por toda Europa adelante para protestar por los recortes sociales que inevitablemente se tienen que producir, aunque eso, en algún caso, lo creeré cuando lo vea. Ya expuse en otro lugar mi postura al respecto: el pueblo lo formamos, fundamentalmente, una panda de borregos, una muchedumbre adormecida y que raramente se preocupa por nada más que de salvar su propio culo, así que no creo que llegue la sangre a donde tiene que llegar.

Sin embargo, pese a todas las dificultades que (dicen) se están padeciendo, seguimos adorando a los mismos dioses: un tenista (soberbio en su labor, que una cosa no quita la otra) que gana 1,2 millones de euros en dos semanas; unos jugadores de fútbol a los que prometen 600.000 pavos si hacen su trabajo en un mes; un conductor de coches que sí, que pisa el acelerador a fondo y que llega unas milésimas de segundo antes... ¿a dónde?, me pregunto. Un tipo que, gracias a la estatura que la naturaleza le ha dado, llega más fácil a un aro con una red e introduce muchas veces un balón por él... Vale, que sí, que esto que escribo es demagogia pura. Soy el primero en adorar a esos neodioses y en postrarme ante sus hazañas. Hasta me emociono con ellos. Pero al menos, y como poco, a mí me parece... raro.

Pero raro de cojones. Claro que hay gente que públicamente se posiciona en contra del lugar en el que les hemos colocado, del altar en el que los estamos consagrando, pero temo que sólo es una postura políticamente correcta. En realidad se alegran más todavía de sus triunfos y alimentan aún más su posición, lo cual es todavía más extraño.

¿Seré el único que lo ve? ¿O estaré tan equivocado? En fin... mejor me iría si no me preocupase tanto por estas cosas, que siempre termino divagando inútilmente. Como si yo pudiese hacer algo al respecto, aparte de expresar mi opinión... Así que voy a descargarme el segundo partido de la final de la NBA, que no pude verlo, a ver qué tal estuvo Gasol. ¡Qué crack, el tío!


Las cuentas que no cuadran

Tras un exabrupto como el post que vomité el viernes uno se siente mejor, lo juro; no mucho, pero al menos me quedo con la sensación de que dije algo que había que decir. En todo caso no quiero darle al asunto más importancia y no porque no la tenga, sino porque estoy tan harto de la gente en general que ya no quiero sorprenderme con las estupideces que tengo que soportar a menudo. Así que pelillos a la mar.

Para no ser tan trascendente, aquí dejo esta foto:


Ése es Matu, en una sala de los Yelmo Espacio Coruña el jueves pasado, sesión de noche. La peli era un bodriete ('Jacuzzi al pasado', y vuelvo a repetir que hay que pegarle un tiro al responsable de estas traducciones: el título original es 'Hot tube time machine'), pero era un estreno; lo mismo me ocurrió cuando fui a ver 'The crazies' unos días antes en Los Rosales, en la que era el único espectador igualmente. A lo largo del año me ocurre en una docena de pases: sólo asistimos una o dos personas. Y digo yo: ¿cómo coño se rentabilizará todo ésto? ¿Será posible eso que leí por ahí de que lo que sostiene el negocio del cine en ESPAÑA es la venta de chucherías? Haciendo cuentas no sería de extrañar, que por un combo de bebida + palomitas te clavan 7,50 eurazos, pero aún así... Y el caso es que ahora van a inaugurar otro complejo de multicines en el Marineda City, donde va el Ikea, así que... algo no cuadra por aquí. Por muchas gominolas que vendan.

Sea como sea, espero que el sistema no casque, porque si me quitan el cine me hunden sicológicamente en la miseria... ¡y tendría que dedicarme a ver la televisión!

¡No, por Diossssss...!

viernes, 4 de junio de 2010

Demonios de la sociedad

Hace ya mucho tiempo que dejé de fumar. No lo hice por solidaridad con los no fumadores, sino porque me dí cuenta de que el tabaco me hacía mucho daño. Ello no impidió que me convirtiese en un ex-fumador tolerante con los que continuaban fumando, porque sé lo tocahuevos que fui durante los años que molestaba a los que tenía a mi alrededor y aguantaron mis malos humos más o menos estoicamente. Incluso permití fumar en mi casa, en mi coche y en cualquier lugar en el que estuviese, y prefería no pensar siquiera en que algún día pudiera ser uno de los 3.000 españoles que la palman cada año por ser fumadores pasivos. Prefería pensar que sii tenía que tocarme a mí, pues qué se le va a hacer. Sin embargo, llegó un momento que mi tolerancia casi se vuelve del revés por culpa, paradójicamente, de la intolerancia de los fumadores que tenía cerca de mí: parecía que cuanto más me preocupaba yo por defender su derecho a fumar, aún sabiendo que estaban perjudicando mi salud, más intransigentes se volvían ellos enrocándose en una postura cerrada como una ostra: tenéis que ser tolerantes con mi derecho a fumar pero yo no tengo que serlo con el vuestro a que no fumen a vuestro alrededor y, por tanto, a ocasionaros riesgo de muerte. Digamos que los fumadores próximos a mí se enfadaban si veían coartada su libertad para encender un pitillo, pero en absoluto se molestaban en preguntar si a mí me causaba molestia el humo de su tabaco. Casi tuve que pedir perdón por no fumar...

Más o menos fui lidiando con esa situación; pero estos días me está ocurriendo lo mismo con el tema éste de la reducción de sueldo de los funcionarios, asunto que llevo mucho peor. Ahora resulta que parecemos los demonios de la sociedad, los culpables de esta puñetera crisis que nos asola, y por todos lados aparecen opiniones poniéndo a la función pública pies para arriba y tachando a los funcionarios de vagos, carga para el sector privado y poco menos que de cáncer para la sociedad. Hay un montón de grupos en todas las redes sociales pidiendo no sólo el  5%  de reducción del salario sino el 50%, y exponiendo que ni de coña apoyarán ninguna medida de presión que hagamos los funcionarios, faltaría más apoyar a esa banda de vagos a los que les pago su sueldo, que no se merecen. De huelga ni hablar, por supuesto. Y que dejen de quejarse, que nos parece muy ofensivo.

Pues estoy hasta los mismísimos cojones. Ya he contado por aquí que la medida de congelar el sueldo funcionarial parece apropiada desde el punto de vista del que gobierna, puesto que no hay duda de que el público es el sector menos productivo del entramado laboral. Pero de ahí a que tenga que leer o escuchar que no nos merecemos lo que cobramos, o que no damos palo al agua, o que más dinero tenían que quitarnos... media un abismo. Así que prefiero escribirlo en voz alta, por si alguien escucha: ESTOY HASTA LOS HUEVOS DE LOS QUE SE QUEJAN DE LO QUE COBRO POR SER FUNCIONARIO Y DE LOS QUE MENOSPRECIAN MI TRABAJO. CONOZCO A MUCHOS EMPLEADOS DE EMPRESAS PRIVADAS QUE VIVEN ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE PARA INTENTAR ESCAQUEARLE EL SUELDO AL JEFE QUE LE PAGA  A TRAVÉS DE UN INJUSTIFICADO ABSENTISMO LABORAL, QUE TRATA MAL A SUS CLIENTES Y QUE ROBA TODO LO QUE PUEDE DE LA EMPRESA QUE LE SUSTENTA. Y QUE SE PASA SU PUÑETERA VIDA ECHÁNDOLE LA CULPA AMARGAMENTE A CUALQUIERA DE LO MAL PAGADA QUE ESTÁ SU LABOR, QUE SE MERECE MUCHO MÁS Y QUE LO QUE COBRAN OTROS SIEMPRE ES MÁS DE LO QUE MERECEN. ADEMÁS, CUANDO TIENEN UN CONFLICTO LABORAL SON LOS PRIMEROS EN MONTAR FOLLÓN Y EN PEDIR (CASI EXIGIR) QUE EL RESTO DE COLECTIVOS APOYEN SUS REIVINDICACIONES, Y SI NO LO HACEN ASÍ ES QUE SON UNOS INSOLIDARIOS. Y todo lo sé por lo que me cuenta alguna gente de mi entorno, es decir, algunos de MIS (SUPUESTOS) AMIGOS. Manda huevos. En definitiva, ESTOY HASTA LOS MISMÍSIMOS DE LOS LLORONES QUE VAN POR LA VIDA MENOSPRECIANDO A LOS DEMÁS. Asi que, sin pensarlo demasiado y sin argumentos más sólidos que los expuestos que defiendan esta maravillosa tesis, y porque al igual que por dejar de fumar no he pedido perdón a nadie tampoco pienso hacerlo por trabajar donde lo hago, aquí dejo este preciso y precioso corolario:

QUE OS JODAN, EMPLEADOS DEL SECTOR PRIVADO QUE MENOSPRECIÁIS AL SECTOR PÚBLICO. OJALÁ EL FANTASMA DEL PARO OS ABRA LOS OJOS Y OS PROPORCIONE UN VERDADERO MOTIVO PARA LLORAR AMARGAMENTE.


miércoles, 2 de junio de 2010

La molicie del ocio

Segundo día de vacaciones y ya no sé en qué emplear mi tiempo... ¡mal vamos! Ni siquiera se me ocurre contra qué despotricar por aquí que no haya mencionado ya. Y no será por falta de objetivos: entre la crisis, el Mundial de Despilfar perdón, de fútbol que ya tenemos encima, que Nadal vuelve a ser Nadal y lo que me enerva la sangre el estado de Israel (que no es el pueblo judío, quede claro el matiz) me podría tirar días enteros divagando. Sin embargo no tengo ganas de ponerme al tema, supongo que de tanto hastío que me provoca esta molicie del ocio (toooooma...). Sólo pensar que me quedan 13 días para volver a mi querida rutina me entra el tembleque... Así que hoy me limitaré a colgar esta burrada que me envió mi amigo Vincenzo por mail que, si no es un fake, es para pegarle dos tiros al conductor:

martes, 1 de junio de 2010

HdeP

Da igual el tiempo que transcurra, los conflictos que se padezcan o el dolor que se cause. Me pregunto si algún día la Humanidad aprenderá de sus errores, o por el contrario seguiremos el mismo camino hasta que consigamos destruirnos completamente. No importa que sea el siglo I, el XXI o el MM. Siempre es la misma historia.

Pero yo no puedo reprimir el siguiente razonamiento analítico, pausado y profundamente reflexivo:

Son unos hijos de la gran puta.